“Defender mejor a los abortados por la sociedad” - Ivone Guevara, Hermana de Nuestra Señora -Managua, Nicaragua
Iv
Les compartimos a ustedes una entrevista de la teóloga feminista sobre el aborto, realizada por el Nuevo Diario, en años anteriores, ya que la misma sigue siendo vigente.
Explosivas declaraciones de una monja.
* Lo que se aprobó fue un decreto de pena de muerte contra las mujeres, denunció.
* “¿A qué políticas oscuras religiosas obedece esta decisión del Parlamento?”, cuestiona.
* “¿Quien mata mujeres y niños es esta sociedad jerárquica, y desgraciadamente tiene el poder y los púlpitos para hablar”?
Ivone Gebara, teóloga de Hermanas de Nuestra Señora, brindó a END fuertes declaraciones que cuestionan a la sociedad política y clerical: “Me pregunto: ¿pero qué vida defienden? ¿Por qué no defienden la vida de los niños de la calle y que son abortados por la sociedad? ¿Y por qué no defienden la vida de la gente que no tienen tierra, que no tiene comida, que no tienen viviendas, que no tienen futuro? ¿Por qué sólo de los embriones se habla en nombre de Dios y por qué no se habla de las otras vidas en nombre de Dios?”
La monja y teóloga brasilera Ivone Gebara estaba espantada, como lo declaró a EL NUEVO DIARIO, al enterarse de que los diputados nicaragüenses, a su juicio, hicieron a un lado la Constitución que establece el Estado sin religión oficial para derogar finalmente el aborto terapéutico.
“Es una vuelta hacia atrás, hay un regreso”, dijo conmocionada, al ser testigo de algo inimaginable en el mundo moderno. “¿A qué políticas oscuras religiosas obedecieron esta decisión de los legisladores?”, preguntó.
“Para mí como feminista, solidaria con las feministas de Nicaragua, en la lucha por la dignidad humana, veo que aprobaron un decreto de muerte para las mujeres”, denunció.
Lo que aconteció en la Asamblea Nacional recientemente no fue un “avance por la vida, sobre todo cuando se sabe que el aborto es una de las causas de mortalidad de las mujeres, de las más importantes, particularmente de las pobres, porque las ricas cuentan con instituciones particulares”.
Para mí es un espanto, sobre todo con la referencia que tenemos en América del sandinismo, del gobierno democrático, que desde hace mucho acompañamos en la lucha como una referencia, dijo.
Falsa laicidad del Estado
El artículo 14 de la Constitución establece que el Estado no tiene religión oficial, ¿cómo ve la introducción de elementos religiosos en esta decisión de penalizar el aborto terapéutico?
Es algo falso, mentiroso, que el Estado es laico, porque si fuera así, no se dejaría convencer por poderes religiosos. En realidad, el Estado, y no sólo el nicaragüense, en Latinoamérica dicen que son laicos, pero, me pregunto, ¿a qué políticas oscuras religiosas obedecen?, ¿a qué alianzas responden?
Pienso que hay que rediscutir la laicidad del Estado, porque para mí el hecho de que los gobernantes gobiernen por sus convicciones religiosas o las de otros es un atentado contra la laicidad del Estado.
Pienso que la cuestión del aborto no es un asunto religioso, sino una expresión política, además de filosófica y antropológica, y es la consideración de la mujer como un ser de menor capacidad, que hay que decidir por ella, que no tiene autonomía sobre su cuerpo.
Por eso, la lucha de las feministas en América Latina y los movimientos sociales de varones que se dan cuenta de que lo que planteamos no es nada en contra de nuestros cuerpos o de los varones. Lo que planteamos es la dignidad, la elección de la autonomía de nuestros cuerpos y el derecho a la vida.
¿Cómo pueden hablar del principio del derecho de la vida sin preguntarse qué vida garantizan? Garantizan la vida de un embrión o de un fruto anancefálico, pero matan a la madre. Entonces ¿qué vida garantizan?
Esto me causa una profunda tristeza, con todos los nicaragüenses que no han podido aceptar esto como una decisión de ellos.
No se trata de matar
Los que penalizaron el aborto terapéutico preguntarían ¿cómo una monja que anda con la Biblia, a juicio de los que penalizaron el aborto terapéutico, está a favor de las mujeres que matan a los niños chiquitos?
La primera cosa, no se trata de matar niños. Quien mata mujeres y niños es esta sociedad jerárquica, opresiva y que desgraciadamente, como tiene el poder y los púlpitos para hablar, las iglesias, el poder sagrado, entonces no escucha los gritos, el sufrimiento real de las personas. Viven aislados en sus conceptos respecto a la vida.
De nuevo hay que preguntar ¿qué vida respetan? Sí, soy teóloga y monja, e intento interpretar el cristianismo desde otra clave, y no desde la clave machista, patriarcal. Lo hago desde la clave que me parece a mí: lo más importante en el cristianismo es salvar la vida. Hablo desde la clave del amor hacia el prójimo.
De ahí, me pregunto, ¿qué aman? ¿aman un proyecto de ser humano?, ¿aman la unión de dos células?, ¿aman el embrión? Pero no aman a las mujeres, no aman a las familias. Yo respondería que hay contradicción en los términos despectivos de este tipo de amor.
He escuchado de líderes evangélicos que si una niña o mujer fue violada debe dar a luz. ¿Qué consideraciones tiene?
En las Escrituras no hay nada de eso. Y creo que cuando se desarrollan estas ideas es una falta de sicología total, como si las niñas de 9, 10 años, que han sido violadas, fueran puras máquinas de hacer chicos, que no son seres humanos, que no tienen historia, no tienen emociones.
No se dan cuenta de que estas niñas, estas chicas violadas, viven durante nueve meses en la espera de que les nazca la criatura, como si fuera una gallina que luego entregará sus pollitos. ¡Qué cosa inhumana! No puedo entender la reducción que hacen de los cuerpos de estas niñas, de estas jóvenes, de las mujeres, hasta verlas como gallinas que empollan. ¡No valemos!
¿En nombre de qué Dios hablan?
Ésta es una concepción de que las personas fuéramos máquinas y que Dios también es una máquina.
Hablan del nombre del Señor ¿y de qué Señor hablan? ¿En nombre de quién hablan?, ¿del Señor de la Vida? No encontramos en la Biblia esto que ellos dicen. Es pura invención.
Sin embargo, son líderes de opinión y conducen la fe de congregaciones enteras. El año pasado, al calor de las elecciones nacionales, se movilizaron las iglesias católicas y evangélicas, pero entre las participantes iban mujeres, asimilando este mensaje con carteles en contra del terapéutico.
Claro, éste es el drama, porque las que están con las cartelones no son aquellas que han sufrido el abuso sexual, las que están con las pancartas no son las niñas de nueve años que han sido abusadas muchas veces por sus propios padres, por sus tíos o hermanos, o un tipo de la calle. Y sabemos que los abusos sexuales en toda América Latina, los más numerosos son los hechos por los miembros de la propia familia. Desconocer este problema social es desconocer la consecuencia sicológica que tienen estas niñas.
Entonces, dicen, “sí, pero la vida Dios la dio”. Y digo, sí, Dios la dio, pero la vida que ustedes imponen a estas chicas es una vida indigna. Y no se quiere matar a los niños. No se mata a los niños. Bueno, ¿cuántos y cuántos abortos, o interrupción natural del embarazo que pasan tantas mujeres no se hacen? ¿Y por qué hacer esta guerra en contra de las mujeres?
Pienso que no son razones religiosas, porque la palabra religión quiere decir respeto, unión, comunión con la gente. Pienso que es algo político en esta defensa del embrión. Es una manifestación de fuerza, que estas iglesias y estos partidos ya no tienen un proyecto que convenza, y por eso entran con este asunto que es muy emocional y aparecen como defensores de la vida.
Me pregunto: ¿pero qué vida defienden? ¿por qué no defienden la vida de los niños de la calle y que son abortados por la sociedad?
¿Y por qué no defienden la vida de la gente que no tiene tierra, que no tiene comida, que no tiene viviendas, que no tiene futuro? ¿Por qué sólo de los embriones se habla en nombre de Dios y por qué no se habla de las otras vidas en nombre de Dios? ¿Por qué se les permite que se mueran de hambre? ¿Por qué se les permite que no tengan hospitales, y medicinas para curarse y médicos que los atiendan?
Para mí esto es mucho más un proyecto político que un proyecto cristiano. No tiene apoyo en las Escrituras. Simplemente decir que Dios pide que respetemos la vida, sí, claro, pero respetemos todas las vidas. Pero si hay que elegir entre un embrión que todavía no es persona humana, porque el sistema neurológico uno lo adquiere al final de la gestación, no tiene vida autónoma. Pero defienden el embrión y no a las personas humanas, como las mujeres, los ancianos.
Creo que es una posición desubicada, pero que es dicha de una manera tan emocional y esta emoción pasa a ser ley.
“Intereses religiosos y también políticos”
¿Detectaría en esta cruzada contra el aborto terapéutico, y de diputados que tildan de lesbianas y abortistas, mucha hipocresía o autenticidad en la creencia que dicen estar viviendo?
No juzgo la autenticidad o no de sus creencias. Lo que juzgo son hechos y situaciones concretas. Juzgo sus acciones y éstas me parecen, en el contexto actual, acciones que significan mucho más peligro de muerte a mujeres y a familias y a niños, que un pleito por la vida de esta gente. Lo que juzgo son las cosas concretas que esto significa. Juzgo esta especie de cruzadas que hacen contra las mujeres. Me pregunto si no hay intereses políticos ahí, intereses religiosos que son políticos. ¿Cuáles? , no sabría decirlos todos, pero intuyo que hay algo como una dominación también de las iglesias por cuotas de poder.
La iglesia quiere tener su parte en el dominio de las conciencias, que disputan entre unas y otras los espacios de poder para fieles. Creo que hay un temor muy grande, y lo subrayo, a la autonomía de las mujeres, que ya no bajamos la voz, para decir sí al poder religioso patriarcal. Nos tienen miedo, y por eso hacen esta cruzada en contra de nosotras. Hablan de las lesbianas, abortistas, de las locas, de las brujas. ¿Qué argumentos tienen en concreto? Nada, sólo calificativos que descalifican y no cualifican.
Entrevista realizada por Edwin Sánchez: