viernes, 16 de abril de 2010

Abusos sexuales de sacerdotes a niños y niñas

Por el resurgimiento de una nueva iglesia


Esta semana recreamos uno de los momentos más importantes de nuestra fe, la Pascua del Señor, su resurrección. La segunda lectura de la Misa del pasado Domingo nos llama a los y las creyentes a abandonar lo viejo y empezar con nuevo y renovado espíritu en nuestras vidas.


Esta reflexión nos mueve a las Católicas por el Derecho a Decidir (CDD), de Nicaragua, a reflexionar sobre la posición oficial de nuestra Iglesia frente a los abusos sexuales cometidos a través de décadas por parte de sacerdotes en todas partes del mundo, incluida nuestra Nicaragua.


Dijo Jesús; Cualquiera que escandalizare (hacerle daño) á algunos de estos pequeños que creen en mí, mejor que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le anegase en el profundo mar. (Mateo 18, 6-7)



Como católicas, ha sido nuestra preocupación la problemática de la violencia sexual que sufren las niñas, niños, adolecentes y jóvenes, y nos estremece que la Iglesia, sin pretenderlo se ha convertido en un refugio de abusadores sexuales. Los informes oficiales son muy duros, pero un primer paso en el reconocimiento de una situación que la jerarquía ha ocultado por años.
Según Monseñor Charles J. Sciluna, de la Congregación para la Doctrina de la Fe, "en los últimos nueve años (2001-2010) se han analizado unos 3.000 casos de sacerdotes involucrados en delitos sexuales en los últimos cincuenta años. Un 60% de esos casos se clasificados actos de "efebofilia", (atracción sexual por adolescentes del mismo sexo), el 30% estaban relacionados con personas de diferente sexo (niñas), y en el 10% los clasificaron como actos de pedofilia verdadera (abuso sexual hacia niños)" .


De todos los casos mencionados anteriormente en el 60% no se atendieron debido a la "edad avanzada" de los agresores sexuales. Estas cifras representan las denuncias oficiales e investigadas por la jerarquía por lo que tememos que las cifras son mayores. Es importante recordar que muchas de las víctimas por el temor y la vergüenza no se atreven a denunciar a sus agresores, sobre todo cuando éstos estas supuestos a guiarnos y protegernos.
Haciendo un pequeño recorrido por el mundo


En nuestro país, la feligresía ha denunciado a sacerdotes pedófilos, desde hace muchos años.
En los años 80, el sacerdote Zenón Corrales, abuso de varias niñas y niños. Ante la denuncia de los familiares, éste fue trasladado por la arquidiócesis de Matagalpa, a San Rafael del Sur. En dicho municipio también abuso de otros niños de ese lugar, pero como era protegido de uno de los tantos Monseñores de la arquidiócesis de Managua, fue trasladado a "algún lugar" de México.
En Chinandega el padre Marcos Dessy, abuso de muchos niños, en ese departamento. Éste sacerdote si bien es cierto que fue condenado, en la actualidad se le redujo el la pena por abuso sexual de 18 a 12 años de prisión.


En Managua, en la comunidad del barrio Camilo Ortega, el sacerdote Armando Rodríguez, ex director del colegio la Purísima, abuso sexualmente de un muchacho adolescente y el seminarista Denis F Martínez, abuso de 4 niños y una niña.


En Palacagüina, municipio de Ocotal, el sacerdote Brasileño Arnoldo Alves de Souza, abuso sexualmente de 4 adolescentes


En relación a los casos mencionados anteriormente a excepción de los casos relacionados con el Padre Dessy, la jerarquía de la Iglesia Católica de nuestro país, no ha hecho absolutamente nada, quedando todos éstos casos en la impunidad.


En tiempo de Pascua como creyentes:Reconozcamos nuestra actitud cómplice y pidamos perdón.

Alemania

La iglesia de Alemania ha sido objeto desde enero de una serie de acusaciones de abusos sexuales y violencia contra niños en escuelas e internados en los años 70 y 80.Dentro de esas acusaciones hemos visto con mucha tristeza como el Papa Benedicto XVI, cuando era arzobispo de Munich, entonces cardenal Joseph Ratzinger, dio el visto bueno para albergar a un sacerdote acusado de abusos sexuales a menores.


A lo anterior agregamos las denuncias del New York Times, que también lo acusa por encubrir al sacerdote Lawrence C Murphy, acusado de abusar sexualmente a unos 200 menores entre 1950 y 1970, en una escuela para niños sordos en el estado de Wisconsin, en ese momento el papa Benedicto XVI, era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, institución cuya tarea es investigar los llamados delicta graviora, los delitos que la Iglesia católica considera los más graves, es decir: contra la Eucaristía, contra la santidad del sacramento de la Penitencia y el delito contra el sexto mandamiento ("No cometerás actos impuros").


Mientras Su Santidad ignoraba los abusos contra la niñez, desde su posición en el Vaticano, si sabia en donde estaban metidos y que decían a diario, sacerdotes y religiosas, avocados a vivir y predicar la Teología de La Liberación. Si Su Santidad hubiera enfocado el celo y persecución contra los abusadores sexuales, en lugar de los teólogos de la liberación que nos han dado testimonio vivo de Fé, nuestra iglesia no estaría sufriendo lo que ahora sufre.
Estados Unidos


En Estados Unidos, en donde algunas diócesis han tenido que pagar cuantiosas sumas en concepto de indemnización a las víctimas, un estudio de la "Junta Nacional de Revisión" ("National Review Board"), informó un total de 4.392 sacerdotes fueron acusados del abuso sexual de 10.667 menores entre 1950 y 2002. De ese total, aproximadamente 6.700 casos presentaron suficientes pruebas, otros 3.300 no fueron investigados porque los sacerdotes ya habían fallecido y otros 1.000 no presentaron pruebas fiables para justificar una investigación, según un comunicado divulgado por la diócesis de Yakima, en el estado de Washington.
Irlanda


Un informe publicado Irlanda revelo que millares de niños habían sido víctimas de abusos sexuales en establecimientos católicos. Los "abusos sexuales" en orfanatos, escuelas y reformatorios irlandeses dirigidos por la Iglesia católica fueron "endémicos" entre 1930 y 1990, sentenció el estudio elaborado por una comisión independiente tras casi 10 años de investigación.
México
A pesar de que el Papa Juan Pablo II expresara que Marcial Maciel era un modelo para la juventud, éste sacerdote abuso sexualmente de centenares de niños y niñas, incluyendo a sus propios hijos.


Entre los últimos casos reportados en México, se encuentra el caso del hogar Manuel Pío López, en Boca del Río, estado de Veracruz, en donde 20 niños y niñas, fueron objetos de abusos sexuales por parte del sacerdote José Sandoval González
 
 
Nuestras propuestas


Las integrantes de Católicas por el Derecho a Decidir ante estos acontecimientos, proponemos lo siguiente:


Tomando en cuenta que toda crisis conlleva a muchas oportunidades de cambio instamos a las autoridades de nuestra iglesia que además de asumir las responsabilidades de éstos hechos bochornosos, respondan de manera firme a los mismo, iniciando los procesos legales correspondientes, para que ningún sacerdote que haya abusado sexualmente quede en la impunidad, recordemos que los pecados se perdonan y los delitos tienen que ser ventilados en los tribunales de la justicia.


Demandamos la indemnización de todas las víctimas que han sido abusadas sexualmente.
Que la única forma de transformar la violencia sexual, es desarrollando una verdadera educación sexual, por lo tanto instamos a la jerarquía de la iglesia, a no interferir en la políticas públicas, como lo ha hecho en la actualidad.


A los padres, madres que preparen a niños, niñas y adolescentes con recomendaciones concretas y específicas a la hora de quedarse sin supervisión frente a un representante de la iglesia católica para que éstos, por encima de todo, se puedan proteger de cualquier tipo de abuso de poder, sea este psicológico, físico o sexual.


Hacemos un llamado a padres, madres de familia, niñas, niños, adolescentes y jóvenes a denuncias cualquier tipo de abuso, desarrollado por integrantes de cualquier denominación religiosa.

En estos momentos en que estamos viviendo la Pascua del señor, la cual es una invitación a renovar y a avivar nuestra resurrección, nuestra vida cristiana, debemos de seguir trabajando por una iglesia más justa e inclusiva, en donde la jerarquía, pueda escuchar a todos aquellos que a abandonado, particularmente a las mujeres.