viernes, 17 de agosto de 2012

De–construir el Estado de la Ciudad del Vaticano



De–construir el Estado de la Ciudad del Vaticano
Héctor Alfonso Torres Rojas

El artículo del teólogo Juan José Tamayo, “Vaticano, herejía del cristianismo”, ha despertado mucho interés, porque interpreta el sentir de muchas y muchos creyentes, altamente preocupados por el futuro del Evangelio y de la Iglesia.  La cuestión de las reformas de la Santa Sede, del Estado de la Ciudad del Vaticano y de la Curia vaticana no fue tocada en el Concilio Vaticano II, porque se atravesaron múltiples intereses curiales, cardenalicios, episcopales y de esos múltiples monseñores que viven en los pasillos de los palacios vaticanos y diocesanos.

Es una cuestión pendiente, que clama otra vez, y sobre todo teniendo en cuenta los escándalos vaticanos de los dos últimos años. Es una cuestión urgente que será nuevamente aplazada, pero que ya no puede ser acallada. Es una cuestión que interesa a otras iglesias y a la opinión pública, creyente o no.

Para alimentar el debate, quiero enumerar otros temas que hacen parte de ese conjunto Santa Sede/Estado de la Ciudad del Vaticano. Esos temas-cuestiones configuran parcialmente la Segunda Parte del libro “¿Iglesia sin futuro”? o “¿Futuro sin Iglesia”?

A propósito del Estado de la Ciudad del Vaticano, se pueden hacer las siguientes afirmaciones:
** No lo propuso Jesús de Nazaret.

** No entra en el espíritu, la lógica y la letra del Evangelio.

** Es una estructura de PODER POLÍTICO, que recibe frecuentes críticas

desde la filosofía laica, la sociedad laica y el estado laico, porque se analiza

como la interferencia de un Estado confesional sobre los estados laicos.
** Desde el Evangelio, es necesario de-construir la Teocracia y
el Poder  Monárquico del Pontífice.

El Pontífice debe ser ante todo “Padre” y no Jefe de Estado.

** Es un imperativo de-construir estructuras burocráticas y muy poco
o nada  democráticas de las congregaciones o ministerios
de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano,

** Que, además, consumen un presupuesto enorme,
que riñe con la Iglesia Pobre y al servicio de los Pobres
** De-construir las nunciaturas. No deberían existir.
Es un gasto nada evangélico. Hacen contrapeso a las iglesias locales.
** Deconstruir la teología que super valora a la Jerarquía y al Obispo,
en detrimento de la Iglesia-Pueblo de Dios

Obispo Pedro Casaldáliga: “Cierta jerarquía de la Iglesia no aporta nada, sólo  excomulgan y prohíben“.