De–construir
el Estado de la Ciudad del Vaticano
Héctor Alfonso
Torres Rojas
El artículo
del teólogo Juan José Tamayo, “Vaticano, herejía del cristianismo”, ha
despertado mucho interés, porque interpreta el sentir de muchas y muchos
creyentes, altamente preocupados por el futuro del Evangelio y de la Iglesia. La cuestión de las reformas de la Santa Sede,
del Estado de la Ciudad del Vaticano y de la Curia vaticana no fue tocada en el
Concilio Vaticano II, porque se atravesaron múltiples intereses curiales,
cardenalicios, episcopales y de esos múltiples monseñores que viven en los
pasillos de los palacios vaticanos y diocesanos.
Es una
cuestión pendiente, que clama otra vez, y sobre todo teniendo en cuenta los
escándalos vaticanos de los dos últimos años. Es una cuestión urgente que será
nuevamente aplazada, pero que ya no puede ser acallada. Es una cuestión que
interesa a otras iglesias y a la opinión pública, creyente o no.
Para
alimentar el debate, quiero enumerar otros temas que hacen parte de ese
conjunto Santa Sede/Estado de la Ciudad del Vaticano. Esos temas-cuestiones
configuran parcialmente la Segunda Parte del libro “¿Iglesia sin futuro”? o
“¿Futuro sin Iglesia”?
A propósito del Estado de la
Ciudad del Vaticano, se pueden hacer las siguientes afirmaciones:
** No lo propuso Jesús de
Nazaret.
** No entra en el espíritu, la
lógica y la letra del Evangelio.
** Es una estructura de PODER
POLÍTICO, que recibe frecuentes críticas
desde la filosofía laica, la
sociedad laica y el estado laico, porque se analiza
como la interferencia de un
Estado confesional sobre los estados laicos.
** Desde el Evangelio, es
necesario de-construir la Teocracia y
el Poder Monárquico del Pontífice.
El Pontífice debe ser ante todo
“Padre” y no Jefe de Estado.
** Es un imperativo de-construir
estructuras burocráticas y muy poco
o nada democráticas de las congregaciones o
ministerios
de la Santa Sede y del Estado de
la Ciudad del Vaticano,
** Que, además, consumen un
presupuesto enorme,
que riñe con la Iglesia Pobre y
al servicio de los Pobres
** De-construir las nunciaturas.
No deberían existir.
Es un gasto nada evangélico.
Hacen contrapeso a las iglesias locales.
** Deconstruir la teología que
super valora a la Jerarquía y al Obispo,
en detrimento de la
Iglesia-Pueblo de Dios
Obispo Pedro Casaldáliga:
“Cierta jerarquía de la Iglesia no aporta nada, sólo excomulgan y prohíben“.